miércoles, 16 de octubre de 2013

Tartaletas de compota de manzanas - Crostatine di composta di mele







Temporada de membrillos, de calabazas y uvas (y con esto algo se cuece también), de manzanas... y lo jugosas que están comidas desde la rama del árbol...
Y en compota con canela? Ñam!
Y en tarteleta con compota de manzana? Doble ñam!








El gato curioso se llama Amancio, y ¡juro que habla!

Pero vamos a la compota:

-1 quilo de manzanas ya limpias
-200/250 g. de azúcar, al gusto
-1 cucharadita de canela en polvo
-1 cucharada de vainilla en pasta

En una olla juntamos los ingredientes; yo no puse limón, porqué no me gusta en este caso, y mi compota queda mas oscura, pero si preferís podéis añadir el zumo de un limón, y también omitir la canela, si no os gusta...

Como de costumbre utilicé la olla de presión eléctrica, para ahorrarme la aburrida tarea de mezclar, en posición "cocido", pero seguro que cualquier método vale.

Saldrá una purea come la del bote de izquierda (el de derecha es otro mejunje mío de membrillo jengibre y otras frutas).

Dejamos enfriar (hasta una semana en la nevera...).






La masa siempre es la misma, sobretodo para el invierno:
-medio kilo de harina
-180/200 g. de azucar glas
-250 g. de mantequilla
-vainilla al gusto
-4 yemas

Se mezclan los ingredientes secos y la mantequilla en la amasadora y luego se añaden la vainilla y las yemas, amasando a baja velocidad hasta que tengamos una bola de color uniforme, tan bonito que nos da la gana de comernos todo así de crudo, sin más.
Si no tenemos amasadora podemos mezclar harina, azúcar y mantequilla en un robot cualquiera hasta que tengan un aspecto de arena y terminar de amasar a mano con las yemas. Incluso podemos hacer todo a la mano, con paciencia, un buen tenedor y brazo valiente, ¡sí sí que yo lo he hecho!

Una vez que esté amasado dejamos descansar una media hora como mínimo en la nevera.


Una vez pasado este tiempo extendemos la masa al grosor de 4/5 milímetros, cortamos unos disco de diámetro un poco mas grande de los moldes, reservando otro disco para cubrir.

Forramos los moldes, -los míos son de silicona, pero si son de metal habrá que engrasar y enharinar- depositamos una buena cucharada de compota,  cubrimos con el segundo disco, sellamos y hacemos unos cortes en forma de estrella para que el relleno pueda respirar.




Cocemos en el horno precalentado a 160 grados durante media hora, cubriendo con papel de aluminio si se coloran demasiado.

Espolvoreamos de azúcar glas apenas salido del horno y dejamos templar, que el relleno quema como el infierno.

Si sobrara nata o helado de vainilla (sobra de verdad alguna vez en vuestras casas?) se harán muy buena compañía.




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